La reputación corporativa es el activo intangible más importante que tiene una empresa, se traduce en buen nombre y prestigio. Es el valor que adquiere la marca en interacción con sus grupos de interés, y se forma a partir de las comunicaciones que se realizan a lo largo del tiempo con los diferentes stakeholders. De esta manera, representa una serie de opiniones que se van formando desde el interior de la empresa con sus colaboradores, pasando por el impacto que generan en la comunidad, imagen con los proveedores y clientes. Es un proceso que requiere tiempo y trabajo continuo.  Al pensar en Reputación Corporativa, muchos se centran erróneamente en el cliente, cuando en realidad, es una parte  del entramado que forma la compleja imagen de la reputación.

La información se propaga, como una ola en el mar, va recorriendo distancias hasta llegar a alguna orilla, de esta manera se extienden los mensajes que realizamos en la empresa, de una persona a otra, y con la ayuda de la tecnología, los procesos ocurren de forma mucho más rápida, lo que significa que, lo que hagamos hoy con un grupo determinado, se puede ver reflejado en otros sectores. Pero si es cierto que aunque la reputación resulta de gran valor, también, resulta difícil de medir, y por esta razón, hay empresas que deciden no prestarle mayor atención, centrándose en el desarrollo de los productos y servicios que van a ofrecer, siendo la reputación de la marca el verdadero distintivo que se le puede entregar a los clientes, en especial cuando en la actualidad tenemos tantos productos y servicios similares en el mercado.

En definitiva, concentrar esfuerzos en la reputación corporativa se traduce en ventajas, tales como: lealtad de los colaboradores a la empresa y los proyectos en desarrollo, proveedores dispuestos, aliados estratégicos comprometidos en la labor de colaborar en la mejora conjunta, clientes comprometidos que se identifican con la marca e incluso apoyo de los medios de comunicación masivo. Cuando tenemos una buena reputación detectamos las necesidades de nuestros stakeholders, actuamos en consecuencia a las mismas y lo comunicamos de manera adecuada (Vallafañe, s.f.). Ahora bien, no basta con tener una gestión consecuente con los valores y la misión de la empresa, también tenemos que lograr medir esos esfuerzos para valorar su impacto y monitorear el desempeño de la marca a través del tiempo, siendo capaces de responder, prevenir y proteger a la empresa de posibles crisis y potenciar los esfuerzos realizados en aras de ser una empresa destacada en su área.

 

Fuentes

Vallafañe (s.f.). Reputación corporativa. Recuperado de la página web: http://www.villafane.com/reputacion-corporativa/

Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=K3P9l4i2eOk