En las empresas cuando queremos alcanzar una meta por lo general nos planteamos un curso de acción. A cargo de los más altos mandos tenemos entonces la producción de estrategias, que son grandes lineamientos que debemos seguir para poder alcanzar un objetivo propuesto. Una de las estrategias más importantes en la actualidad es la diferenciación, que consiste en ofrecer a los clientes productos y servicios únicos, cuyas diferencias con la competencia representen una ventaja competitiva, algo que el público pueda notar y apreciar, algo que motive a cada persona a inclinarse por decidir consumir o usar lo que nosotros le estamos ofreciendo, y percibir que al hacerlo “sale ganando”. Para algunos su diferenciación puede ser la calidad, ofrecer productos que sean muy buenos y satisfagan todas las necesidades del cliente, algo que hace que “valga la pena el pago”, para otros la atención al cliente, sus portales web, la cantidad de información que proporcionan e incluso el respaldo de la marca.

Otras formas de hacer lineamientos estratégicos es mediante el liderazgo en costes o concentrándose en un nicho de mercado específico. Para cada empresa y propósito existe infinidad de líneas estratégicas que podemos plantear, el éxito de las mismas va a depender del conocimiento del mercado, la competencia y la claridad táctica que se tenga para aterrizar las estrategias. Muchas estrategias fallan porque carecen de táctica, y es que una vez que se tiene claro el norte de la empresa y los objetivos a largo plazo, debe existir un paso a paso que permita tener un camino a seguir a corto plazo para alcanzar esos objetivos propuestos. Así bien, por ejemplo, si una empresa de telefonía quiere ser líder en el mercado, y tiene como objetivo vender la mayor cantidad de móviles de Latinoamérica, entonces debe aterrizar esas metas en pequeñas metas, una forma podría ser sacando el estimado de ventas propuesto, dividir este entre el número de locales comerciales y poner metas comerciales diarias, de esta forma sabemos que si se cumplen estas ventas al final del mes se llegará a los números que nos harán líder en el mercado.

En la investigación de mercados pasa algo similar, tenemos investigaciones que están direccionadas a aportar información que permita la optimización de la toma de decisiones de directivos en cuanto a la estrategia y objetivos a largo plazo que la empresa se va a plantear para explotar su potencial. Estas investigaciones por lo general pueden tardar dependiendo de su complejidad de 3 semanas en adelante y requieren de un análisis desde diferentes perspectivas para que aporte valor a la organización. Ahora bien, también se pueden realizar investigaciones de corte táctico, que son más rápidas, precisas, direccionadas a conocer datos concretos para poder monitorear la marca y tomar decisiones en las acciones diarias que se despliegan para potenciar la marca. Estas investigaciones son mucho más rápidas y precisas en la información, los datos por lo general hablan por sí mismos y son útiles para la toma de decisiones inmediatas. En cualquier de los dos casos es de gran importancia dejar en claro que antes de tomar decisiones en cuanto a la estrategia o la táctica, se considere que las dos son fundamentales para el cumplimiento del propósito empresarial y se necesita en todo caso un manejo amplio de la información, el mercado y la competencia antes de tomar decisiones, por esta razón es de mucha importancia la investigación.